HIRSUTISMO
Los cánones de belleza vigentes en nuestra sociedad hacen que el vello corporal en las mujeres se considere algo negativo. Sin embargo, las mujeres tienen, de forma natural, vello en el cuerpo, el cual es muy variable de unas personas a otras y también dependiendo de la raza.
En ocasiones, el vello corporal en una mujer es excesivo, sobre todo en lo que llamamos áreas andrógeno-dependientes, que son aquellas donde el hombre tiene más vello. Estas son la región facial (barba, bigote y patillas), tórax, región por debajo del ombligo, cara interna de muslos y espalda.
Al exceso de vello de distribución masculina en una mujer le llamamos “hirsutismo” y muchas veces puede reflejar un problema ovárico, sobre todo cuando hay también alteración en las menstruaciones o, más raramente, un problema en las glándulas suprarrenales, que son unas glándulas situadas encima del riñón y que, entre otras hormonas, pueden producir andrógenos (hormonas masculinas) en cantidad inadecuadamente elevada para una mujer.
Estos trastornos se diagnostican con facilidad en una analítica y tienen un tratamiento, por lo que vale la pena descartarlos antes de embarcarnos en un tratamiento cosmético que puede ser caro (fotodepilación o láser) y poco eficaz si no se controla previamente el desajuste hormonal.
Muy rara vez, el exceso de vello (hirsutismo) puede acompañarse de síntomas de virilización, lo que indicaría un grado más elevado de producción hormonal masculina y consistirían en cambios en la voz, aumento de masa muscular, aumento de sudoración, aumento de líbido, alopecia androgénica… Estos casos precisan una consulta urgente dado que pueden deberse a enfermedades graves.